Día 3 de abril. 5ª etapa. Refugio Chanrion-Cabaña Bouquetin.
Como ya conté en etapas anteriores, No teníamos reserva en el refugio Vignettes, destino habitual para la presente etapa. Nuestra decisión de pasar la noche en Bouquetin hacia cambiar sensiblemente el itinerario normal de esta etapa. Subiremos por el Glaciar de Otemma, uno de los más largos de los Alpes. Ya hacia tiempo que me seducía la masoquista idea de remontarlo y ésta iba a ser la ocasión. Nos vamos perder la ascensión a la Pigne d’Arolla, uno de los miradores más increíbles del Valais, pero la experiencia de Otemma tampoco es desdeñable y para mí será algo nuevo.
Salimos del refugio a las 7,00 como ya viene siendo habitual y rehacemos el camino de ayer hasta la garganta que da entrada al Glaciar de Otemma. La costra está ahora dura y los esquís la raspan sonoramente en este corto descenso. A la entrada de la Garganta ponemos las pieles, las cuales ya no despegaremos hasta el final de la jornada.
La Garganta es estrecha, pero no presenta ningún obstáculo especial y pronto damos vista al frente del espectacular Glaciar de Otemma. Remontamos su empinada lengua bien cubierta de nieve en un ambiente de meteorología cambiante. Efectivamente las nubes que todavía lo cubrían todo al salir del refugio, poco a poco se van retirando dejando ver todo el paisaje circundante.
 En la garganta que da entrada al Glaciar de Otemma
Avanzamos encordados y turnándonos en la cabeza para abrir huella. En medio de este inmenso glaciar uno se imagina como deben ser las grandes travesías polares. A los lados se levantan altas cimas, pero sus bases están tan separadas de nosotros que parecen pequeñas. Al fondo, el gran collado que marca el final del glaciar (Col de Charmotane) se recorta contra el cielo ocultando tras él todo un universo de cimas. Nuestra única referencia es el Petit Mont Collon, que se levanta a la derecha sobre el collado en la lejanía. Todo lo que tenemos que hacer es avanzar en esta especie de desierto helado en dirección a esa cumbre. Una vez debajo de ella, la rodearemos para enlazar con el itinerario normal de Vignettes y alcanzar el Col d’Evêque, punto más alto de la etapa.
El Petit Mont Collon no parece cambiar de tamaño. Pasa las horas y el Petit Mont Collon sigue sin cambiar de tamaño. Tenemos la impresión de que no avanzamos. Son las cumbres de los laterales del glaciar las que nos dicen lo contrario. También el mirar atrás nos da una noción de nuestro avance. El Gran Combin se va alejando significativamente. Los cuatro estamos de acuerdo en que esta etapa fue la más dura. Para mí fue además una etapa de lujo, ya que estar solos en medio de la Alta Ruta, aunque sea solo un par de horas, es algo ya muy raro hoy en día.
 Dos instantaneas de nuestra navegación por el Glaciar de Otemma
 Subiendo hacia el Col de le Evêque
 Fantástico descenso hacia el Glaciar de Arolla
Una vez en el collado, enlazamos con la huella que viene del Refugio de Vignettes, la cual nos conduce sin problemas al Col d’Evêque. Desde este alto paso damos vista ya al Glaciar de Arolla y, muy pequeña encima de una morrena, la cabaña de Bouquetin. Nieve en polvo y sol en un descenso bien merecido que nos deja en medio del Glaciar de Arolla rodeados de altas y escarpadas cumbres: Mont Collon, L’Evêque, La Vierge, Mont Brulé, los Bouquetins… Todo un espectáculo.
Con las pieles de nuevo en los esquís remontamos la alta morrena y alcanzamos la cabaña. La encontramos formidablemente equipada. Una estufa de leña en medio de la estancia, camastros a su alrededor con mantas y un par de pequeñas mesas al lado de la puerta. Estamos solos y este sitio nos parece todo un lujo después de los apretones en los otros refugios. Encendemos rápidamente fuego (hay un buen deposito de leña) y llenamos de nieve un gran recipiente que hay sobre la estufa. Hay que fundir una buena cantidad para hidratarnos, cocinar y llenar las cantimploras para la jornada de mañana.
 La Cabaña Bouquetin bajo la Punta Barnes
Disfrutamos de esta tranquilidad mientras hacemos una comida con lo poco que hemos transportado durante estos días en previsión de esta cena. Un salchichón, un par de sobres de sopa instantánea, cuatro liofilizados de pasta, un trozo de queso y otro de pan que compramos en el último refugio y varias papeletas de té sin azúcar.
 Fundiendo nieve en la cabaña Bouquetin
No acabamos de disfrutar de todo ello cuando aparecen dos canadienses que han perdido al guía en la ruta de Verbier y tampoco consiguieron reservar en Vignettes. Curioso, se les ocurrió la misma idea que a nosotros. Luego llega una francesa y otro canadiense que vienen de Arolla. Después otro grupo de no se donde. Ya empiezo a perder la cuenta. Fin de la tranquilidad. Decido irme a dormir a la leñera, donde paso un frío de muerte, pero duermo algo.
Nota: En el apartado de GPS descarga de waypoins y tracks podéis obtener los Waypoint de la ruta completa.
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